Mezclamos la levadura y el azúcar en el agua tibia y dejamos que haga efecto unos 10 minutos.
Echamos 3/4 de la harina en el bol de la amasadora, y añadimos la mezcla de la levadura. Mezclamos. Dato; 5 gr de levadura seca equivale a 15 gr de levadura fresca, 1/3.
Vamos incorporando el resto de la harina mezclada previamente con la sal. La sal tenemos que echarla al final para que no interrumpa el efecto de la levadura.
Añadimos el aceite y amasamos unos 10 minutos.
Hacemos dos bolas, ya que da para dos pizzas, y untamos con aceite el bol, lo cubrimos con papel film, y dejamos reposar hasta que duplique su tamaño, aproximadamente una hora, o 48 horas en la nevera, si se tiene tiempo.
Cuando ha duplicado su volumen, extendemos la masa en una bandeja de horno, sobre un papel vegetal. A mí me gusta que quede gruesa, pero si gusta finita, sencillamente hay que extenderla más teniendo en cuenta que crece bastante en el horno... Yo la dejo reposar por segunda vez una vez extendida, así consigo un resultado más esponjoso.
Repartimos bien el tomate, que previamente lo habremos dejado un buen rato escurriendo en un colador fino para usarlo bien concentrado, y lo habremos sazonado con sal y orégano o albahaca. A partir de aquí el resto de ingredientes, van a gusto del consumidor...
Horneamos a fuego fuerte (250º) unos 15-20 minutos.
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